jueves, 18 de junio de 2009

Boletín Especial: La Espada de Simón Bolívar y la Patria (XXVII)

No es solo el presidente el que debe preservar, proteger y defender el legado de Bolívar. Cada uno de nosotros está en la obligación de hacerlo. Pero nadie podrá preservar lo que no reverencia. No puedes proteger de lo que no has aprendido. No puedes defender lo que no conoces”.

Estas palabras, fueron parte del discurso de Anthony Kennedy, Juez de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, el domingo pasado, en ocasión de la graduación de la promoción 118 de alumnos de la Universidad de Stanford. Excepto que la declaración se refería a la Constitución de ese país.

Pero se aplica apropiadamente para el caso de nuestro prócer, cuya imagen y legado histórico siempre han sido manoseados indecorosamente por nuestros caudillos. Estos han pretendido que dicho legado y dicha figura, se adaptan y están hechos como a la medida para acomodar los primitivos intereses y deleznables ambiciones de cada uno de ellos.

Como se indica en la cita anterior, estamos frente a una situación de ignorancia. Esa es la razón por la que Bolívar es groseramente utilizado con el propósito de cobijar causas innobles y avalar la corrupción, la incompetencia administrativa, el abuso de poder, las vulgaridades, la incultura y el fracaso crónico de todos estos gobiernos.

Todo esto ocurre con total impunidad porque para la inmensa mayoría de latinoamericanos Simón Bolívar es ahora solo una pintura, un busto, una estatua ecuestre, un día de asueto en la playa, un nombre.

A finales de la década de los años noventa visité el Panteón Nacional y quede asombrado por el estado de abandono en que se encontraba este notable monumento: Las paredes cuarteadas, toscos parchos de argamasa aquí y allá, la pintura desprendiéndose en tiras, basura amontonada en el atrio, monte creciendo en lo alto de las esquinas de sus torres y paredes (pulsar aquí).

Era tal el estado de decadencia de algunas de estas estructuras, que el propio Presidente Chávez, en 1999, ordenó al Ministro Ignacio Arcaya nombrar una comisión para que “trate urgentemente el deterioro del Panteón Nacional, la Casa Natal y el Boulevard Panteón”.

Diez años más tarde (09 de julio 2009) al examinar de nuevo el Panteón, fue posible observar dos o tres obreros trabajando en su “restauración” (probablemente como preparación a los actos del aniversario del natalicio de Simón Bolívar este próximo 24). Pero se trata de un rápido maquillaje de brocha gorda, pintura barata para cubrir la vieja pintura barata, sin corregir ni alisar las cuarteaduras e irregularidades de las gastadas paredes y sin cuidar de que la pintura no manche el piso (pulsar aquí).

1 comentario:

mkshistory dijo...

There is an undeniable link between the feeling we have regarding our history and our knowledge/conocimiento of such. Just like the knowledge that I have of my ancestors participating in WW2. It most definitely makes me feel a sense of pride, appreciation and love. I would hope to be able to only add a drop of my own reverence to such things that relate to our being and our history. History is worth knowing.

I love what your are doing and hope you will continue.