miércoles, 29 de octubre de 2008

Boletìn No. 22: Resumen del Blog "Universidad Tercermundista" (I)

La universidad Tercermundista de los Maldonado (uTM), ese inútil y bochornoso conglomerado de individuos, galpones, corotos y edificios que se hace pasar por la Universidad de Carabobo, de nuevo se prepara, bajo la vigilancia y control de los viejos partidos políticos (principalmente Acción Democrática y Copei) para la cuadrienal pantomima de reelegirse asimisma (Boletín No. 1). También de nuevo presento mi candidatura uninominal al cargo de rector de la UC pero con carácter virtual por cuanto en vista de que no estoy en ánimo ni tengo el valor para transitar en campaña (como hice en el 2004) por los peligrosísimos predios de la uTM, desistí de llevar a cabo las formalidades requeridas por el Consejo Electoral. Sin embargo, la plétora de ideas que he acumulado en los últimos cuatro años (desde mi jubilación) pugna por salir y difundirse. El medio que he escogido para satisfacer esa necesidad es este blog (Boletín No. 2). También he decidido que a la hora del momento electoral y conteo subsecuente,

TODOS LOS VOTOS EN BLANCO QUE APAREZCAN SERÁN CONSIDERADOS Y COMPUTADOS POR MÌ COMO VOTOS A FAVOR DE MI CANDIDATURA AL CARGO DE RECTOR DE LA UC.

Es inevitable que en estas entregas se hagan críticas a las distintas labores del personal de la uTM, pero hago énfasis en que las mismas también apuntan a mi persona, por cuanto estoy claro en que el descomunal fracaso del ente, es el resultado de nuestra inferior y deficiente labor como docentes, como investigadores, como lideres y administradores y como estudiantes. Debe haber sus excepciones, pero son tan puntuales y aisladas que es como si no existieran (Boletín No. 3).

Por supuesto que la universidad Tercermundista de los Maldonado, usurpadora de la personería jurídica de la Universidad de Carabobo, categóricamente ha demostrado ser incapaz de cumplir con lo que le requiere la Ley de Universidades: en realidad este ente no produce, no crea, no inventa, no innova, no motiva ni contribuye a resolver ninguno de los terribles problemas nacionales. Mas bien empeora la situación nacional al graduar anualmente miles de profesionales y técnicos carentes de la necesaria capacidad y preparación. Para cubrir este espectacular fracaso y justificar su gigantesco presupuesto, la uTM mantiene un costoso aparataje publicitario donde falsamente asegura tener una alta productividad científica y tecnológica y ser una significativa influencia cultural y de servicios a las comunidades perimetrales y a toda la región central (Boletín No. 4).

En apoyo a la naturaleza politiquera de la institución y de la influencia de los partidos puntofijistas e izquierdistas en cuanto a nombramientos, ascensos, candidatos a direcciones, decanatos, rectorados y mucho más, existe una interesante referencia publicada mensualmente en el boletín de los jubilados bajo el título de “Mis Conversaciones con Pedrito”. Su autor es el Profesor José Botello Wilson, hombre que por su estrecha vinculación con la política partidista de la uTM y por las significativas prebendas y beneficios que mediante esta conexión ha obtenido, es un elemento estratégicamente situado para conocer y opinar sobre este tema. Aun cuando para nadie ha sido un secreto que existe una pesada ingerencia de los partidos en los asuntos administrativos (elecciones, nombramientos, doctorados honoris causa, manejo de presupuesto) y académicos (dictado de clase, nombramientos) del ente, estos escritos son de todas maneras interesantes, útiles y corroboratorios (Boletines No. 5 y 6).

La insolvencia académica de las instituciones de educación superior que año tras año gradúa a miles de profesionales y técnicos también insolventes en su preparación y conocimientos, impacta profundamente la vida de la nación: nos condena a vivir como pasivos eslabones intermediarios y revendedores de productos foráneos, porque la señalada y evidente discapacitaciòn teórico-práctica de nuestros profesionales y técnicos, impide el desarrollo de complejos industriales con la tecnología necesaria para transformar nuestra materia prima y convertirnos en exportadores de productos más complejos y elaborados. Por lo tanto nos vemos obligados a exportar toda nuestra materia prima para después importarla como productos con valor agregado. Este desastroso modelo económico es común a todos los países tercermundistas. A pesar de que el gran mantra de la vieja y desfasada izquierda es culpar de nuestros males tercermundistas al imperialismo, a la globalización, a Cristóbal Colón, a los españoles, a los conquistadores, etc., las verdaderas causas del desastre son internas, propias de nosotros. (Boletines No. 7, 8 y 9).

Por eso mismo también Latinoamérica ha sido un continente silencioso en lo científico y humanístico: En los últimos 516 años desde Cristóbal Colón, Latinoamérica no ha hecho ninguna contribución significativa en lo científico, tecnológico o cultural. Si partimos de la aceptada premisa de que en la especie humana no hay razas superiores a otras, y por lo tanto, todos estos grupos o conglomerados humanos tienen el mismo potencial de desarrollo, supervivencia y éxito social (Boletines No. 12), entonces resulta evidente que la incapacidad de nuestros profesionales y técnicos tiene que encontrarse en el sistema educativo. Específicamente en las universidades, (como la universidad Tercermundista de los Maldonado) todas las cuales disfuncionan de acuerdo a la ortodoxia operativa conocida como maldonadismo (Boletìn No. 9).

Otra consecuencia de la insolvencia académica de las instituciones de educación superior es la ausencia de líderes académicos y políticos. El vacío lo llenan los caudillos. Los caudillos académicos de Carabobo y Aragua son politiqueros entogados cuyo propósito supremo es el de retener, controlar y manejar, para beneficio de los miembros de su cofradía, el enorme presupuesto supuestamente asignado a la ahora difunta Universidad de Carabobo. La herramienta utilizada es la universidad Tercermundista de los Maldonado, la cual como ente usurpador de la personería de la UC, se acredita todos los beneficios teóricamente provistos para la UC. Esta estrategia es conocida como maldonadismo la cual (estrategia) simplemente es la expresión local del proceso conocido como Darwinismo social. El Darwinismo social es el gran mecanismo productor del tercermundismo nacional y latinoamericano. Su premisa central es la de que el fin justifica los medios, siendo el fin o finalidad en este caso, el monopolio del poder y los recursos en manos del caudillo.

Es muy importante señalar que en los países donde la cultura ciudadana se inclina por el respeto a la ley, el Darwinismo social y el caudillismo son en gran medida neutralizados. Por el contrario, en nuestros países, carentes de esa cultura ciudadana que predispone al apego a la ley, el Darwinismo social y el caudillismo toman control del país y sus instituciones.

El anterior señalamiento es crítico pues permite comprender la profunda lógica del pensamiento político de Bolívar y de San Martín. En particular, el Proyecto Bolivariano de gobierno propuesto por El Libertador al Congreso de Angostura, casi doscientos años atrás, pareciera ser en este momento, más relevante que nunca. (Boletines No. 10, 11 y 12)

lunes, 27 de octubre de 2008

Boletìn No. 21: Resumen del Blog Universidad Tercermundista (I)

En este momento es necesario detenerse (¡otra vez?!) y hacer un resumen del contenido de las entregas anteriores, reiterar el propósito global de este estudio, para después señalar el camino que todavía queda por recorrer (en la siguiente entrega).

El problema es el tiempo, considerando que el cercano momento electoral utemecista, probablemente no me darà suficiente margen como para terminar este proyecto. El dilema de la jubilación, o al menos ese es mi caso, consiste en tener montones de tiempo disponibles, mientras simultáneamente me veo involucrado en un cierto número de, por otra parte agradables, proyectos. Estos en principio son simples pero se tornan un tanto dificultosos por razones de edad: Rodeado de un extraordinario entorno (Parque Nacional Henri Pittier) y un par de cámaras digitales de primera, pronto me di cuenta que había un número infinito de asombrosos sujetos a digitalizar. Poseedor de miles de revistas y libros, la gran mayoría ni siquiera hojeados, es también evidente que hay un número astronómico de palabras pendientes de leer. Por otro lado hay que mantenerse al día con los eventos cotidianos. Además estoy a medio camino escribiendo un libro (no de fisiología ni temas afines). Ni hablar de las eliminatorias de liga y serie mundial de béisbol. Ni hablar tampoco de mi gran amigo Pablo, que con casi dos años de edad, tiene incontables proyectos que compartir.

Sin embargo la mayor parte del tiempo lo paso con Mary Kay, navegando en nuestro ketch (el Henri Pittier85), generalmente empezando por las islas del Caribe, después podemos tomar por la vìa del viejo continente (Rotterdam, Canes, Mónaco). De vuelta al Atlántico, y si el viento lo permite, navegamos en direcciòn a la parte màs meridional de Chile, rodeamos el Cabo de Hornos por el Pasaje de Drake (siempre evitando el Estrecho de Magallanes por razón de mi claustrofobia) y enfilando proa hacia la estrella Polar no paramos sino hasta llegar a Acapulco.

Finalmente bloggear el blog “Universidad Tercermundista”. Si tan solo pudiera tener 65 o 70 años años de edad otra vez…

jueves, 23 de octubre de 2008

Boletin No.20: La Era de los Caudillos y el Tercermundismo (IV)

En México, entre las clases pudientes, políticos conscientes, clero y militares patriotas, el pesimismo era grande y no era para menos. En treinta años de vida independiente el pueblo no había tenido paz, ni desarrollo económico, ni concordia social ni estabilidad política y para colmo, de la noche a la mañana, el país había perdido la mitad de su territorio. Lo que sigue es como para morirse de la risa si no fuera por el hecho de que es parte verdadera de nuestra trágica y triste historia.

Suben a la presidencia de México dos militares, José Joaquín Herrera, que gobierna por un año (1848-49) y Mariano Arista, también por un año (1851-52). Arista fue obligado a renunciar porque los conservadores (hacendados, clérigos, comerciantes) sacan a la luz El Plan Hospicio y proclaman que ha llegado el momento de salvar a la patria y lo bueno del plan es que tienen al hombre capaz de lograr este milagro: Por absurdo que parezca, se trata del mismísimo General Antonio López de Santa Anna, hombre que como vimos, era experimentado en perder guerras y que además había sido el responsable de la pérdida de cuantiosas extensiones del territorio patrio.

Santa Anna sale del destierro (1853) y regresa a mandar de nuevo, cosa que hará despóticamente durante los siguientes años, pero no sin antes decretar que la dictadura tendrá duración indefinida, que asume derecho exclusivo para elegir sucesor y que deberá ser investido con el manto púrpura de la Monarquía de México, en virtud del cual fuero exige y recibirá, el título de Su Alteza Serenísima.

Sin embargo Santa Anna se encontró con que como consecuencia de tantos disturbios y revoluciones, las arcas del tesoro estaban vacías. Si el caudillo iba a gobernar como se debe, necesitaba dinero. ¿Para los millones de pobres y necesitados? ¿Para el pelotón de huérfanos y viudas de las mentadas revoluciones? No, Santa Anna necesitaba dinero para expandir y rearmar su ejército y para esto ya tenía un plan basado en las exitosas transacciones hechas en el pasado bajo su misma supervisión: Venderle a los Estados Unidos otro pedazo de tierra patria. Es así como en 1853 les vende a los norteamericanos todo el territorio mexicano ubicado al sur del río Gila (sur de Arizona y New Mexico), cerca de 100,000 Km2, por la suma de diez millones de dollares (the Gadsen Purchase).

Desafortunadamente (para Santa Anna) las fuerzas liberales del país a tal grado se habían ya obstinado de la opresión dictatorial, desaciertos, arbitrariedades y corrupción del gobierno que decidieron salir del problema aplicándole la gran panacea latinoamericana, cual es la revolución.

La rebelión se inició en el estado Guerrero pero pronto se extendió a otros departamentos. Las tropas salieron a sofocar el levantamiento, con tan buena suerte para los sublevados que el propio Santa Anna había insistido en ponerse al frente del ejército. Una vez más el caudillo fue derrotado y el 18 de Agosto de 1855 Su Alteza Serenísima tomó las de Villadiego desterrándose para Colombia.

Pero los problemas de México no iban a terminar porque faltaba por experimentar un segundo imperio, una segunda guerra de independencia, el Porfiriato, otra revolución, la era del terror con Huerta, sin olvidar la leyenda de los bandoleros “heroicos” Pancho Villa y Emiliano Zapata. Ambos caudillos, crueles, analfabetas, ambiciosos y violentos en extremo, tienen más que suficientemente ganada la indudable distinción de que se les considere íconos excelsos del Darwinismo social.

Antes de continuar es importante señalar que el Darwinismo social y los caudillos como su producto más representativo, son un fenómeno común a los países del tercer mundo y que los casos presentados no hacen señalamiento de unos con exclusión a otros. Ninguno de nuestros países latinoamericanos se salva del diseño el cual, como se dijo en las primeras entregas, explica el mutismo científico, humanístico y deportivo de la parte iberoamericana del continente, así como su desorganización social y política y la infelicidad, falta de prosperidad y desesperanza del grueso de su población.

Boletin No.19: La Era de los Caudillos y el Tercermundismo (III)

El resto de los personajes de la independencia y post independencia, fueron caudillos de la peor o mejor calaña, ignorantes, violentos e inescrupulosos en su afán de poder y totalmente desinteresados en el bienestar de la miserable y empobrecida población indígena. Así entonces, las “guerras” contra el coloniaje español que iniciara Hidalgo, habrían de ser una cadena de levantamientos, saqueos, fusilados, pactos, cuartelazos y asonadas, ataques, avances y retiradas que mantuvieron a la nación en vilo, sin que durante todo ese tiempo Sinceramente que el famoso valor macho supuestamente demostrado por los charros encaramados sobre un muro bailando al son de La Cucaracha, bajo fuego cerrado enemigo, resultó mas bien ser una entelequia del cine mexicano de la década de los cincuenta.

La verdad es que en 1835, los norteamericanos, comandados por el general Zachary Taylor a plomazo limpio corrieron y capturaron al famoso General Antonio López de Santa Anna (entonces presidente de México) cuando este amenazaba Texas (que solicitaba su autonomía). Creyendo que sería fusilado en vista de las atrocidades cometidas por el ejército mexicano en territorio tejano (fusilando prisioneros, asolando los campos e incendiando poblaciones) Santa Anna a cambio de su libertad accedió a no interferir con los deseos de Texas reconociendo su independencia.

En 1838 los franceses desembarcaron tropas en Veracruz exigiendo que México indemnizara a un panadero francés por pérdidas sufridas durante uno de los cuartelazos. Santa Anna salió al frente del ejército mexicano para repeler el ataque pero en el enfrentamiento (la llamada Guerra de los Pasteles) no solo salió derrotado sino que perdió la pierna izquierda. México capituló y pagó una indemnización de 600.000 pesos.

Ahora México decide que va a recuperar Texas (por la fuerza) y por razones incomprensibles, de nuevo ponen al General Santa Anna al frente de sus tropas. El ejército norteamericano, numéricamente inferior (Taylor con 4,700 soldados novatos contra 15,000 soldados de Santa Anna) a plomazo limpio detiene a Santa Anna (La batalla de Buena Vista) y el General Zachary Taylor captura una considerable extensión de terreno. Como consecuencia, el Presidente Herrera de México es depuesto (1847) tras la Revolución de Guadalajara y su líder, Gómez Farías se hace con la presidencia. Pero Santa Anna le da cuartelazo y se instala como nuevo presidente. Los norteamericanos al mando del General Winfield Scott para provocar invaden y toman Veracruz. Santa Anna, que parece no escarmentar, sale a su encuentro a la cabeza de un ejército, cuidando que este sea mucho más numeroso. Esto lo impulsa a jurar que empujará a los norteamericanos hasta la misma capital de la Unión (Washington D.C.) en donde, en los términos que él escoja, obligará al Presidente Polk a firmar un nuevo tratado de paz.

Desafortunadamente las cosas no se dan de esa manera. El General Santa Anna es derrotado otra vez y obligado a replegarse precipitadamente hasta el punto que el 14 de septiembre de 1847 las tropas norteamericanas entran y capturan la ciudad de México. Santa Anna huye al exilio. El nuevo gobierno mexicano, el de Paredes Arrillaga, que mediante golpe de estado se había apoderado del gobierno (y se proclamaba Rey de México) se ve ahora obligado a firmar la rendición.

Pero Su Majestad Arrillaga también tuvo que firmar un tratado mediante el cual México cedía a los Estados Unidos de Norteamérica un poco más de la mitad de su territorio (¡dos millones de Km2!). De esta masiva extensión de terreno, además del estado de Texas, habrían de surgir los estados de California, Nevada, Utah, Arizona, New Mexico y parte de Colorado. Por su parte los Estados Unidos de Norteamérica le pagarían a México 15 millones de dólares en compensación y magnánimamente se olvidarían de un reclamo por daños y perjuicios de 3.5 millones de dólares que habían hecho los residentes de Texas (Stella González, Carmen Blázquez, Historia de México. Panorama Editorial 1980, pp.74-109)

A todas estas y mientras los comisionados de ambos países terminaban de ultimar los detalles finales del texto del tratado de cesión, un humilde trabajador norteamericano, abriendo un canal de agua para un molino en el sitio llamado American Fork, en California, encontraba entre las rocas y arenas, un curioso guijarro amarillo. El objeto fue llevado a Monterrey, que a más de 100 Km de distancia era la ciudad más cercana. Todos discutían sobre si era oro o talvez algún otro mineral, hasta que un caballero poniendo la piedra sobre el mango de su bastón, que era de oro, retó a los presentes a encontrar alguna diferencia entre ambos. Era el año de 1848 y la fiebre del oro de California, que movilizaría a cientos de miles a través del continente y de la inmensidad de los océanos estaba a punto de comenzar (Walter Colton, The Gold Fever Reaches Monterey, en Commager & Nevins, Witness to America. Barnes & Noble, 1996, p. 555).

Entre toda esa cantidad de aventureros, forajidos y pioneros se encontraba Don Mariano Galindo, su esposa Micaela Flores de Galindo y por lo menos dos hijas, Soledad y Rita. Probablemente habían llegado navegando desde el Perú. Don Mariano era médico y es razonable deducir que de esa manera había levantado su fortuna, dada la gran demanda existente. Se hizo dueño de una hacienda y todo parecía marchar de maravillas hasta que Soledad fue preñada por uno de los peones del lugar. Ambos o ella sola huyó a México (San Caralampio, Chiapas) donde nació su hijo Reynaldo Galindo. Allí la encuentra Rafael Meza y de esa relación nace Rafael Galindo (mi abuelo paterno). Meza por supuesto se desaparece del cuadro familiar y el jóven Rafael tras laborar intensamente como peón en la finca de un señor español, asciende a capataz de los peones logrando reunir suficiente dinero (era abstemio) como para viajar a Huehuetenango (Guatemala) donde su hermano Reynaldo estaba teniendo algún éxito comerciando con telas y adminículos de campo que traía de Chiapas. Rafael conoce y se casa con Ceferina, una extraordinaria mujer india del pueblo y juntos procrean seis vástagos (3 hembras y 3 varones) uno de los cuales, Horacio Galindo, fue mi padre.

Boletin No.18: La Era de los Caudillos y el Tercermundismo (II)

Los caudillos son la célula fundamental, el elemento más depurado y precioso del Darwinismo Social. Los caudillos de la era independentista y de nuestros tiempos, no estaban ni están allí para redimir a los oprimidos ni para rescatar a los pobres. Su único propósito era (es) hacerse del poder y de cualquier recurso disponible para su beneficio y provecho personal. Los gauchos, la indiada, los negros, los criollos y mestizos, los charros, los zambos, y pardos, en fin, los pobres y desposeídos del continente eran tomados en cuenta solo para ser usados como carne de cañón y para formar harapientos y mal nutridos grupos de combate que más que ejércitos eran jaurías humanas hambrientas lanzadas al pillaje y destrucción de cualquier comarca por donde se movilizaban. En esos tiempos esa era la situación, desde el Río Grande hasta la Tierra del Fuego.

Hemos analizado algunos aspectos de lo que ocurría en América del Sur. En el Norte, la independencia de México también transcurrió bajo el control de un enorme contingente de caudillos. Sin embargo México es el país que más caro ha pagado como consecuencia directa de las acciones de estos.

De todo el enorme grupo de actores de la independencia mexicana, solo tres personajes tuvieron algún tipo de agenda de reivindicación social para las masas indígenas. Uno de ellos fue el cura Miguel Hidalgo nacido en Guanajuato (1753), el que se alzó en Dolores donde el 16 de septiembre de 1810 declaró la independencia de México (que entonces era parte principalísima del Virreinato de Nueva España). Además decretó la entrega de tierras cultivables a los indios y la abolición de la esclavitud. Desafortunadamente no pudo impedir que sus empobrecidas y salvajes tropas saquearan todo cuanto encontraban a su paso. Aun así lograron llegar y sitiar la misma capital del virreinato. Inexplicablemente Hidalgo dio marcha atrás y habiendo sido traicionado por uno de sus compañeros (Ignacio Elizondo) fue capturado y fusilado (1811).

José María Morelos, sacerdote como Hidalgo y compañero de este, continuó la lucha de manera brillante. Comprendió la necesidad de sustituir las chusmas indisciplinadas de Hidalgo, por ejércitos poco numerosos pero ordenados y sobre todo, convenientemente armados. Su ejército no pasó de 6000 hombres pero con él, realizó las campañas más notables del movimiento emancipador. En el Acta de la Independencia (1813) quedaron plasmadas sus ideas: Separación de España y de cualquier otro gobierno o monarquía, soberanía popular, separación de poderes, igualdad ante la ley, respeto a la propiedad, abolición de la tortura, abolición de castas y de la esclavitud. Con ello Morelos se reveló como genio militar y reformador político y social.

Morelos fue derrotado por las tropas españolas en Tehuacán y fusilado por orden de Agustín de Iturbide, en ese entonces jefe realista a las órdenes del virrey de la Nueva España. La muerte de Morelos inicia la etapa de decadencia del movimiento insurgente.

El otro personaje fue Benito Juárez, abogado ilustre y hombre íntegro e impecablemente honesto (cualidad excepcional y rara en los medios políticos y económicos en general) creador de leyes para la igualdad jurídica de los indios, el derecho a la tierra, la libertad de cultos y la separación del estado de la entonce poderosa Iglesia Católica. Fue presidente de México y líder de la llamada segunda independencia (esta vez de Francia). Fue reelecto presidente por segunda vez y hubiera sido derrocado y fusilado (como era la costumbre) por el General Porfirio Díaz si no hubiera sido que tuvo la suerte de morir de un infarto cardíaco antes de la llegada del caudillo. Porfirio Díaz se había alzado al grito de “no reelección” que asumió como lema, pero naturalmente al conquistar el poder, se olvidó del principio reeligiéndose siete veces. Su estadía en el poder se extendió a lo largo de 35 años (el Porfiriato, 1876-1911).

Boletin No. 17: La Era de los Caudillos y el Tercermundismo (I)

El proceso emancipador tuvo como obvia consecuencia la ruptura de la unidad administrativa de los virreinatos. Desafortunadamente la unidad geopolítica propuesta por Bolívar y San Martín, indispensable para mantener la estabilidad y fuerza del continente, tampoco iba a ser posible debido al incontenible surgimiento de innumerables caudillos. Esta plaga de individuos, audaces, ambiciosos, inescrupulosos e ignorantes, surgidos inclusive de los mismos hombres de confianza del Libertador (Santander, Páez, Rivadavia, Flores, Bermúdez, Mariño, Córdoba, La Mar, Labatut, Castillo, Piar, Agüero y otros) solo tenían una tarea: Controlar, dominar y explotar para su beneficio, alguno de los muchos territorios ahora disponibles, incluyendo sus aldeas, ciudades y recursos. La fragmentación del continente en multitud de estados y “nuevos países”, improvisados, pobrísimos y vulnerables, pero terriblemente hostiles los unos para con los otros, fue un espectáculo histórico asombroso por lo absurdo y descabellado. Solo el Virreinato de Brasil escaparía milagrosamente a esta catástrofe.

Al tiempo de la reunión de Guayaquil entre Simón Bolívar y José de San Martín, el Virreinato del Río de la Plata había desaparecido y en su lugar la Junta de Gobierno había decretado Las Provincias Unidas del Río de la Plata. El cambio, fue inducido por la invasión Napoleónica a España y el exilio del Rey Fernando VII, al que la regencia de las provincias declaraba lealtad. A partir de ese momento la violencia, la división y el caos reinarían en la región a todo lo largo del siglo diecinueve y gran parte del siglo veinte.

San Martín después de la infructuosa reunión de Guayaquil, resignadamente aceptó la irreversibilidad de la situación del Río de la Plata y sin dudarlo partió al exilio a Francia para al final terminar acogiéndose al noble socorro prestado por españoles (el banquero Aguado) mientras las provincias del antiguo Virreinato se separaban en pequeños estados soberanos encabezados por caudillos apoyados por las montoneras.

Para comprender el aparente o real estado de ánimo derrotista del indudablemente valeroso San Martín, hay que tener una idea de lo que eran las montoneras y para esto nadie mejor calificado que el mismo Charles Darwin quien tuvo la oportunidad de observarlas: “La visión de contemplar el vivac fue salvaje; soldados negros y mestizos de siniestra catadura, envueltos en ponchos rojos, iban y venían; pelotones de indios, hombres y mujeres, pasaban cabalgando semidesnudos o agrupados bebían sangre fresca de las reses recién carneadas, entre suciedad y cuajarones… Las montoneras eran una bárbara caterva de milicias irregulares que seguían fanáticos a sus caudillos, empujados por un odio tan delirante al gobierno de la capital (Buenos Aires) y sus ejércitos regulares que, dice el General Paz, sofocó hasta el noble entusiasmo por la independencia hasta el punto de que ya nadie se acordaba de los ejércitos españoles que amagaban por diferentes puntos.” (Liévano Aguirre, Bolívar, Caracas 1988, p. 289).

Comparado con estos, los Círculos Bolivarianos parecen más bien bebecitos de pecho.

Los caudillos y sus costosas guerras mantendrán la separación de las provincias hasta bien entrado el siglo XIX y al final, hasta perderán territorio dando lugar a la formación de Uruguay y Paraguay. En tiempos modernos ocurre un período intermedio de prosperidad basado en el desarrollo de la industria ganadera y cultivos de trigo (era de Carlos Gardel). Pero el peronismo se encargará de acabar con todo esto y pronto le caerán otros desastres al sufrido pueblo argentino: la era del terror Videla-Galtieri, la desastrosa guerra de las Malvinas, inflación astronómica (3000%), vuelta al peronismo, dos quiebras económicas, el “corralito”, cinco presidentes de la república en el lapso de dos semanas (año 2002) y, por increíble que parezca, vuelta de nuevo al peronismo con Kirchner bajo cuya gestión ocurriría en Argentina una tercera quiebra económica, la mayor en la historia del FMI (que tuvo que salir al rescate con otro préstamo de 21 billones de dólares por encima de los 40 billones de US$ prestados en el año 2000).